
Mural conmemorativo del 75 aniversario de la reapertura de la Universidad Nacional
Luis Nishizawa
Acrílico/madera, 1958, Coordinación de Difusión Cultural, interior, dirección
Esta obra formo parte del proyecto original de instalar en la sala de Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario, un mural conmemorativo del 75 aniversario de la reapertura de la universidad. Originalmente fue concebido de mayores dimensiones y de superficie curvada con el fin de adaptarse al paramento de la sala de concierto. El mural condesa, sin caer en la pura narración, la labor cultural y educativa de la universidad por medio de una sucesión de imágenes evocadoras de las determinaciones sociales, culturales y aun míticas de la historia reciente de esta casa de estudios.
A la izquierda en la sección media y en sentido descendente, reposan sobre un gran libro abierto doce de los principales protagonistas del renacimiento universitario; de izquierda a derecha aparecen Gabino Barrera, Vidal Castañeda y Nájera y Justo Sierra. Abajo los principales representantes del Ateneo de la Juventud: Pedro Henríquez Ureña, José Vasconcelos, Antonio Caso y Alfonso Reyes. También aparecen otras personalidades como Manuel Gómez Morín, Vicente Lombardo Toledano, Alfonso Caso y Alfonso Pruneda.

A lo largo de toda su superficie superior, cuerpos desnudos sirven a Nishiazawa como recurso para representar la vocación prometeica del conocimiento. Junto a los próceres universitarios, en el espacio que forma una serpiente mordiéndose la cola, símbolo de la sabiduría y de la eternidad, el artista coloco una figura femenina, cuyas formas evocan también el escudo de la universidad; sobre sus senos y flanqueada por las manos abiertas de la diosa, se lee la primera frase del lema vasconceliano: “Por mi raza”. Abajo, un hombre desnudo sobre un fondo de fuego simboliza la libertad que se yergue triunfante sobre una manifestación estudiantil.
Entre esta ultima y la mujer de vestido blanco, cuyos brazos se inscriben dentro del ovalo serpentino, aparecen los rostros de Enrique del Moral, Ignacio Chávez, Juan O’Gorman y, en la sección inferior, los de Salvador Zubirán, Mario Pani y Carlos Lazo. A la derecha, y en color atenuado, se distinguen las formas del estadio Olímpico y, abajo ellas escenas alusivas a la planeación de la Ciudad Universitaria. A un lado Nishizawa plasmo uno de los momentos cumbre de la historia de la universidad: la manifestación del 31 de julio de 1968encabezada por el rector Javier Barros Sierra. Descendiendo de la parte media, una franja verdeazul se distribuye segmentando claramente secciones superior e inferior, generando un marcado contraste cromático entre ambas. A la izquierda, se ven los rostros de Ramón López Velarde, Ángel María Garibay y Miguel León Portilla, representando el quehacer poético e histórico en la universidad. A la derecha, el rostro de Rubén Bonifaz Nuño alude al mismo tema. En la sección inferior de la obra se ve la puerta de la sala Covarrubias, donde están cuatro figuras de sugerente movimiento y delicados tonos de rojo y verde, que simbolizan una de las conquistas supremas del quehacer cultural: la danza.
